22 de mayo, 2017
Diario El Mercurio: Columna Nicolás Luco «Sobre el velador de la Presidenta»
«Le pusieron pasión, caricaturas de Guillo, información comprimida (inmensos gráficos), más una idea genial: cada capítulo termina en una hipotética noticia de un diario del futuro hablando sobre Chile y su éxito en cada materia…».
El jueves pasado ella, la Presidenta Michelle Bachelet, se comprometió a leer el libro que le entregaron en una ceremonia.
Lo escribieron importantes personajes: académicos, políticos, investigadores, representantes de la empresa y de organizaciones sociales.
Le pusieron pasión, caricaturas de Guillo, información comprimida (inmensos gráficos), más una idea genial: cada capítulo termina en una hipotética noticia de un diario del futuro hablando sobre Chile y su éxito en cada materia.
El título: «Ciencias, tecnologías e innovación para un nuevo pacto de desarrollo sostenible e inclusivo», del Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo.
Resultó de discusiones. Los consejeros provienen de especialidades, tiendas políticas y sueños distintos. Consiguieron este acuerdo.
«Que no sea otro libro», dijo la Presidenta, «sino un documento de acción».
Yo he seguido este Consejo desde 2006, cuando nació para asesorar a la Presidencia. Algunos presidentes le han hecho más, otros menos, caso.
A mí, periodista, me iluminó conversar con sus integrantes porque soñaban calculadamente, veían el futuro basado en datos.
No les ha ido tan bien. Como confiesa al final del libro Gonzalo Rivas, el presidente actual, en forma transparente: «Aunque nos duela reconocerlo, en estos diez años no hemos avanzado como esperábamos para hacer de las ciencias, las tecnologías y la innovación un aliado para nuestro desarrollo».
Y saca la espada:
«Siempre habrá gente que mirará esto desde el margen, con escepticismo. Que estará incluso esperando que estas cosas no resulten. Para ellos, recordemos a Oscar Wilde, que escribió: ‘Un cínico conoce el precio de todas las cosas y el valor de ninguna’».
Los consejeros valoraron cinco rutas:
Primero, que el país se concentre en sus grandes oportunidades, como la energía solar, la resistencia a desastres naturales, la zona austral impecable.
Segundo, que a las empresas que inviertan en ciencia, tecnología e innovación para su sector se les devuelva su aporte en dinero. (Habría un impuesto de 0,6% de las ventas para este propósito).
Tercero, que la burocracia utilice la ciencia, la tecnología y la innovación que están disponibles. Así mejorarán resultados, sembrarán su uso masivo, tal como lo consiguió Impuestos Internos.
Cuarto, banda ancha real para todo Chile, porque el futuro es más conectividad y la banda ancha no es solo Netflix. Ya en salud las posibilidades son deslumbrantes.
Quinto, estremecer a las escuelas de Chile con prácticas de indagación, de nuevas preguntas, de creación de respuestas. Y así instalar en las manos del futuro la resiliencia activa. (Había profesores y profesoras de la Región de Los Ríos en la ceremonia. Hablé con Emilia Delgado, directora del Liceo Fedor Dostoyevsky: sus alumnos construyeron basureros para reciclar y partieron luego al barrio, a contagiar su causa. Eso no se les olvidará jamás. Aprendizaje activo).
Ningún candidato podrá elaborar su programa sin estudiar estas 200 páginas. Están en la web (cnid.cl); capaz que hasta consigan un ejemplar… para sus veladores.