12 de marzo, 2018

¡Cultura CTI se transforma en política pública!

Propuesta piloteada durante dos años por CNID y Explora de CONICYT se incorpora, formalmente, al sistema educacional como parte del proceso de implementación de los servicios locales de de la Nueva Educación Pública (NEP).

“Todas las semanas nos toca ciencias naturales, biología, física, pero es muy estructurado todo. Hay que leer, leer, leer, y contestar las guías. Acá, en cambio, podemos hacer el experimento y entender mucho mejor todo lo que ocurre”. Así explica Catalina, alumna de 8o básico de la Escuela Rural Crucero, en Los Ríos, su experiencia frente a una nueva forma de enseñar ciencia en las escuelas: Cultura CTI, iniciativa pionera que lleva actividades científicas directo a la sala de clases.

Es un anticipo de lo que pronto podrán vivir los niños de Barrancas y Puerto Cordillera, gracias al convenio firmado hoy por la Dirección de Educación Pública (Mineduc), CONICYT, CNID y los directores de los Servicios Locales de Educación de esos territorios. Entre otras iniciativas que buscan garantizar la calidad de la experiencia educativa en el aula, CULTURA CTI se incorporará a la Nueva Educación Pública, sistema que partirá, gradualmente, en los servicios locales de los territorios de Barrancas y Puerto Cordillera (que agrupan a 5 comunas de las regiones Metropolitana y de Coquimbo).

En concreto, eso significa que a partir de marzo sus escuelas podrán llevar científicos a las aulas, sumando en julio a los establecimientos de Costa Araucanía y Huasco. CULTURA CTI busca acercar contenidos científicos a los estudiantes bajo metodologías participativas, donde la clave es conseguir que el alumno sea protagonista en su proceso de aprendizaje. Aquí, profesores trabajan codo a codo con investigadores y los niños experimentan con ciencia y tecnología en primera persona.

¿Cómo funcionará? Los colegios del Servicio Local podrán elegir la o las iniciativas que quieran implementar. Para ello pueden visitar el catálogo en la web de EXPLORA y escoger entre las iniciativas, todas evaluadas por un panel de expertos que garantizan su valor científico. El equipo técnico de los Servicios Locales, acompañado por los profesionales del CNID, mediará el encuentro entre las comunidades educativas y los científicos y desarrolladores tecnológicos y facilitará los procesos de codiseño que garanticen que la iniciativa está alineada al currículum y a la planificación que el docente ha desarrollado para sus cursos.

La propuesta surgió del Consejo Nacional de Innovación en 2015 y se piloteó –en alianza con Conicyt- durante dos años. “Este programa aporta a una manera distinta de entender y desarrollar la política pública. La propuesta es innovadora porque, en lugar de decidir por el profesor, imponerle una fórmula o entregarle una manera de responder a sus demandas, se crea una plataforma para que cada iniciativa sea pertinente a su realidad y sean los profesores lo que decidan. Aprendimos desde el mundo público a ponernos al servicio de los verdaderos protagonistas de esa realidad, dejándoles el espacio de decisión a ellos. De esa forma, el modelo puede ser replicable en cualquier espacio de política pública”, destaca Katherine Villarroel, secretaria ejecutiva del CNID.

“Estamos iniciando un trabajo en conjunto con quienes tienen la mirada de la ciencia y la tecnología- académicos universitarios, integrantes de centros de investigación- que hacen una oferta participativa de contenido; y, del otro lado, los profesores, que trabajan, día a día, en enseñar y motivar a nuestros niños. El objetivo final de esto, en términos país, es mejorar la calidad de la educación. No se trata de que todos los estudiantes sean científicos, sino que ojalá desarrollemos el pensamiento crítico. Creemos que este programa tiene las virtudes de trabajar en pos de ese objetivo, integrando a toda la comunidad educativa”, destacó el director ejecutivo de CONICYT, Christian Nicolai.

Ciencia entretenida

Cristóbal Undurraga, consejero del CNID y presidente de la Subcomisión Cultura de la Innovación, que generó esta propuesta en 2015, explica que la iniciativa se comenzó a trabajar como programa piloto entre los años 2016 y 2017, con establecimientos de las regiones de Los Ríos y Coquimbo. “Quisimos observar la forma en que, tradicionalmente, se llevaba la ciencia a la sala de clases. Y nos encontramos con que había investigadores que querían divulgar sus conocimientos en las escuelas. También había profesores interesados. Pero lo que recibían no se relacionaba con los currículos de sus asignaturas. Los profesores ni siquiera tenían tiempo para abrir los kits de ciencias que les mandaban las instituciones. Este programa nace del diálogo y de escuchar a los protagonistas: profesores, divulgadores y niños. Además, quiero destacar el valor de dejar que las personas se pongan de acuerdo, es un programa nace del Estado pero promueve un menor centralismo y una mayor libertad”.

Esta metodología pretende ser un nexo entre los colegios y las ofertas de divulgación y valoración de la ciencia, pero con un énfasis inédito: el codiseño entre científicos y educadores. ¿Cómo funciona? CULTURA CTI se aloja en una plataforma online donde los investigadores ponen distintos proyectos a disposición de las escuelas, de modo que cada comunidad escolar elija de acuerdo a sus necesidades curriculares y su contexto territorial.

El Catálogo CTI, actualmente, está conformado por 32 propuestas desarrolladas por investigadores de universidades y destacados centros de científicos, las que son previamente evaluadas por un panel de expertos. “Todos nos sorprendimos con los resultados. De la mano de los docentes, los científicos revolucionaron las salas de clases. Y los niños revolucionaron la forma de los científicos de abordar sus disciplinas”, destaca Undurraga.

“A través de estos proyectos, que han sido escogidos por el colegio para integrarse como parte de la malla curricular en asignaturas científicas, estamos todos cambiando la forma de enseñar ciencias en Chile por un nuevo enfoque, uno que ya no estará basada en la memorización de contenidos como en el pasado, sino en la indagación, en la experimentación, en hacerse preguntas y debatir”, dice Natalia Mackenzie, directora del Programa Explora.

Con este anuncio, todos los aprendizajes y las orientaciones estratégicas que el CNID y Explora de CONICYT han desarrollado en torno a este piloto se ponen al servicio de más niños y niñas, profesores y divulgadores, dotando de un sello que valora la ciencia, las tecnologías y la innovación, y aportando de manera concreta a la calidad de la educación pública.

Acerca de Cultura CTI

¿Cómo se gestó esta iniciativa pionera? El proyecto Piloto Cultura CTI es fruto de un trabajo colaborativo entre diversas organizaciones de gobierno y responde a un mandato presidencial emanado a partir de las conclusiones de la Comisión Ciencia para el Desarrollo de Chile. La propuesta surgió del Consejo Nacional de Innovación y el Programa Explora actúa como articulador nacional (al igual que hace con todas las iniciativas relacionadas con la divulgación de la ciencia que existen en Chile).

Participan también la Universidad Austral de Chile (UACH), el Ministerio de Educación a través de la Dirección General de Educación y la Unidad de Currículum, Corfo, el Ministerio de Economía y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.