28 de enero, 2018
Consejo Nacional de Innovación Presenta Recomendaciones para Avanzar en Banda Ancha y Estado Digital de Visviri a Cabo de Hornos
En el marco de su misión de generar orientaciones estratégicas para fortalecer la contribución de las ciencias, las tecnologías y la innovación (CTI) al desarrollo de Chile, el Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID) ha liderado una mesa de trabajo para impulsar la banda ancha como condición habilitante para el desarrollo y el bienestar de toda la población del país.
En conjunto con Subtel, Corfo, el Consejo Políticas Infraestructura (CPI), la Universidad de Chile y empresas de telecomunicaciones, el CNID presenta este informe que busca entregar lineamientos que beneficien tanto a los sectores tradicionales de la economía, como a los nuevos sectores industriales y de servicios, así como la modernización del Estado para el siglo XXI y la conexión con el mundo en todas las áreas. Para ello, el reporte muestra la necesidad de contar con una infraestructura de banda ancha de alta velocidad, de alta calidad, de alta capilaridad y de gran resiliencia en todo el Chile.
Esta iniciativa responde a una de las 5 medidas propuestas en la Estrategia Nacional de Innovación para el Desarrollo, bajo el nombre “Banda ancha y Estado digital de Visviri a Cabo de Hornos”. Allí se postula que la infraestructura digital de banda ancha y alta calidad no es lujo de país rico, sino una condición habilitante para el desarrollo y el bienestar de toda la población del país. Hoy es tan indispensable para el desarrollo como lo son las infraestructuras de energía, agua y de transporte.
Chile ha dado pasos significativos en su desarrollo digital, pero aún queda mucho por hacer, según muestra el informe, en democratización de las oportunidades y el acceso, así como en fortalecer los servicios para aprovechar las oportunidades que ofrece Internet de las Cosas para los sistemas productivos y logísticos, la manufactura avanzada para la industria, las TIC para la agricultura de precisión y la telemedicina para la salud. Actualmente, el país corre el riesgo de desaprovechar las nuevas olas de profundas transformaciones que ocurrirán en el transcurso de las próximas décadas y de que se acrecienten las distancias entre grupos sociales y entre empresas. El acceso a una infraestructura digital de calidad, se perfila como uno de los pilares de la inclusión en el siglo XXI.
Incorporando la visión de un conjunto de expertos y profesionales de los sectores público, privado y de la academia, la propuesta del comité sugiere que:
- A través de una alianza público-privada, Chile emprenda la construcción acelerada de una plataforma abierta y no discriminatoria que permita a los proveedores entregar servicios de telecomunicaciones a precios razonables para toda la población y las empresas, a lo largo de todo el territorio nacional, con características de alta velocidad, redundancia, resiliencia y alta capilaridad, para que al 2030 Chile pueda ser uno de los países líderes en materia de desarrollo e inclusión digital.
- Una infraestructura de Internet de muy alta velocidad desplegada por todo el territorio genera siete grandes consecuencias económicas. Primero, permite la diversificación de la matriz productiva al abrir posibilidades a nuevas industrias de bienes y servicios intensivos en tecnologías de información. Segundo, la elevación de la productividad en todos los sectores vía innovaciones de producto, de procesos y de modelos de negocios. Tercero, facilita el despegue de las economías regionales y también la integración nacional al conectar a todo Chile. Cuarto, facilita la modernización del sector público. Quinto, constituye una herramienta poderosa para incrementar la calidad de la investigación científico-tecnológica, la educación y la formación técnico-profesional. Sexto, establece una base atractiva para nuevas oleadas de inversiones extranjeras intensivas en tecnología. Y no menos importante, facilita la conexión y la integración de Chile con la región de América Latina y el mundo.
- La infraestructura de banda ancha debe llegar a las regiones apartadas, a las comunas de bajos ingresos de las grandes ciudades, a los más de 400 poblados y pequeñas ciudades que no tienen acceso a Internet de alta velocidad, así como a las zonas rurales. En este sentido, esta nueva infraestructura se orienta a abrir caminos para superar las grandes disparidades y desigualdades que marcan a Chile, tanto en ingresos como entre territorios.
- Para lograr una infraestructura robusta de telecomunicaciones que cumpla con los requisitos anteriores, se requiere invertir en una robusta red nacional, así como en los nodos de acceso y en la llamada “última milla”, incluyendo todas las inversiones de hardware y software para asegurar conectividad alámbrica e inalámbrica.
- Es necesario sostener a Chile como líder en la región en el desarrollo de las Telecomunicaciones, principalmente a través de la inversión privada.
- En materia de acceso, la prioridad en los próximos cinco años deben ser las empresas, establecimientos educacionales, los servicios de salud, además de zonas urbanas de bajo ingresos y rurales de alta demanda potencial. Si se completa el desarrollo de esta nueva infraestructura, que en parte ya está construida gracias a las inversiones de los operadores, se reducirán los costos de acceso, se gatillará la competencia en el mercado de servicios de Internet y se favorecerá una oleada de inversiones privadas en la última milla, incluyendo el hardware y el software necesarios.
- Chile requiere un modelo de asociación público privado que debería resguardar la neutralidad de la red y que debe orientarse por el criterio de que la competencia debe darse en la capa de servicios y no en la capa de infraestructura.
- El Fondo de Infraestructura recientemente aprobado por el Congreso y promulgado por el gobierno, permitirá movilizar “capitales dormidos” que dispone el Estado para financiar concesiones de infraestructura de banda ancha.
- Considerar la fibra óptica como base habilitante principal de la infraestructura de banda ancha, con el respectivo salto en materia de regulación del espectro radioeléctrico necesario para el despliegue de 5G en Chile.
Santiago, 28 de enero de 2018