12 de julio, 2018

CNID da impulso final a Instituto de Resiliencia ante Desastres de Origen Natural

Quintuplicar la cantidad de investigadores en esta materia y hasta crear un endowment nacional con el ahorro que generaría invertir en prevención, son sólo algunas de las metas del futuro instituto, que coordinaría procesos de colaboración para lograr una articulación efectiva de los actores.

Incendios forestales, erupciones volcánicas, inundaciones, aluviones y un potente terremoto en Coquimbo, con alerta de tsunami. Los chilenos sufrimos durante el 2015 casi todas las tragedias naturales conocidas, y la población, como siempre lo ha hecho, encontró la capacidad de volver a levantarse.

Ese año, Chile gastó alrededor de 300 millones de dólares sólo en respuesta y emergencias asociadas a desastres naturales. Pero el aprendizaje detrás de tragedias como ésas nos abre una tremenda posibilidad: la de posicionarnos a nivel mundial –gracias a esos conocimientos- como líderes en resiliencia ante desastres.

Ser un ejemplo de la creación de soluciones originales a través de una nueva industria de la resiliencia, quintuplicar la cantidad de investigadores en esta materia y hasta crear un endowment nacional con el ahorro que generaría invertir en prevención (2,3 pesos usados en reconstrucción se ahorran por cada peso invertido en prevención), son algunas de las audaces metas que busca la creación del Instituto de Resiliencia ante Desastres de Origen Natural, Itrend.

Así lo explicó el consejero del CNID, Juan Carlos de la Llera, quien en 2016 presidió la Comisión de I+D+i para la Resiliencia ante Desastres Naturales (CREDEN). Esta primera reunión del 2018 –que incluyó a representantes de la Ministerio del Interior, Onemi, Conicyt, Corfo, CR2, Cigiden (UC), Centro de de Modelamiento Matemático y Programa de Riesgo Sísmico (de la U. De Chile), entre otros–, abordó una importante actualización, dado que la primera condición habilitante que esa mesa de trabajo detectó hace dos años fue la necesidad de crear una institucionalidad en I+D+i en resiliencia. Ella empezó a hacerse posible en enero de este año con la elaboración de la propuesta a la convocatoria a un instrumento de financiamiento de Corfo denominado “Programa de Fortalecimiento y Creación de Capacidades Tecnológicas Habilitantes para Bienes Públicos”, que significaría un aporte de 6 mil millones de pesos en diez años.

Resiliencia como prioridad nacional

Este futuro Instituto Tecnológico tendría el rol de resolver las fallas detectadas en la I+D+i sistema de resiliencia en temas, facilitar procesos de colaboración y lograr articulación efectiva de los actores; además de crear una red nacional colaborativa de trabajo para la resiliencia mediante un trabajo mancomunado entre todos los actores involucrados.

¿Cuáles serán sus focos?

Infraestructura de datos: En virtud de la escasa disponibilidad, alta fragmentación y falta de sistematización en el tratamiento de la información disponible para la I+D+i en resiliencia, se debe construir una infraestructura pública de datos abierta que centralice todos los datos nuevos e históricos, así como también la información más relevante en temas de resiliencia. Para ello se propone desarrollar un ecosistema sustentable de datos, que incorpore a agentes, organizaciones, tecnologías y procedimientos de forma interconectada e interdependiente. 

Capital humano avanzado: Chile posee un dramático déficit en el número de personas dedicadas a la I+D y en particular en áreas asociadas a la resiliencia: tan sólo hay 304 profesionales especialistas. Para superar esta brecha estructural importante respecto a la cantidad de investigadores, emprendedores y personas abocadas a la resiliencia, la estrategia CREDEN propone un programa de dobles doctorados, denominados «2+2”, un programa postdoctoral en el extranjero que permita absorber conocimiento internacional con la respectiva inserción en Chile, fortalecer las competencias locales en resiliencia a través de cursos masivos online (MOOCs), la adecuación de mallas curriculares y la reconversión de profesionales e investigadores que se desempeñan en otras áreas, generando una masa crítica de especialistas.

Plataforma experimental: Laboratorios de frontera: promover implementación de nuevas capacidades experimentales de punta a nivel mundial que permitan estudiar los fenómenos a escala apropiada e I+D+i de primer nivel.

Integrar tecnológicamente (TIC) las capacidades experimentales existentes en el país en el ámbito de resiliencia frente a amenazas naturales.

Coordinación de oportunidades: planificar el recurso experimental de forma óptima y generar sinergias entre grupos de investigadores (desarrollo de experimentos conjuntos)

Desarrollo de políticas públicas para la resiliencia: Para el desarrollo de políticas públicas con aporte científico-tecnológico deben existir puntos de encuentro que motiven la I+D+i orientada a las problemáticas del ámbito público, y que permitan incorporar la evidencia disponible al proceso de discusión y deliberación. Para ello, se propone:

Promover la investigación destinada a orientar la mejora continua de normativas para una mayor resiliencia.

Desarrollar un aprendizaje histórico en relación a los desastres que Chile ha vivido, fortaleciendo la memoria del sistema.

Establecer un diálogo con las comunidades, ampliando las posibilidades de participación activa en el co-diseño y la generación de la propia I+D+i para la resiliencia.

Desarrollo de una industria para la resiliencia: ITReND debe contribuir al desarrollo de condiciones favorables para la innovación, promoviendo tecnologías, procesos, y servicios innovadores que aporten a un ambiente construido, económico y social más resiliente, y motivando a nuevas generaciones de emprendedores a resolver problemáticas en torno a la resiliencia. Para ello se propone:

Desarrollo de alta tecnología y continuidad operativa de industrias: generación y uso de tecnologías de punta, tanto a nivel de productos como de servicios.

Desarrollo de un Sello de Resiliencia: apuntando a mejorar el nivel de resiliencia del país, así como a generar una industria en torno a lo mismo.

Foco a escala global: escalar productos y servicios a nivel internacional.

Metas audaces

“Una idea nacida del corazón del CNID, está a punto de cobrar vida para hacer de Chile el país más resiliente de América. ITReND será un gran facilitador para la I+D+i en esta área, cuya única métrica de éxito es una sociedad más segura y resiliente”, afirmó Juan Carlos de la Llera.

Ese impulso explica las audaces metas que el instituto se ha planteado en el largo plazo:

  • Lograr una cultura de colaboración y confianza en el ámbito de la resiliencia
  • Disminuir a través de la I+D+i el gasto en desastres en el país en un mínimo de un 50%, que actualmente representa un costo anual promedio de 1,2% del PIB
  • Construir una nueva industria tecnológica en resiliencia de tamaño mayor al 1% del PIB
  • Transformar a Chile en el mayor centro de atracción Latinoamericano para el desarrollo de conocimiento de frontera e innovación y en el laboratorio natural en resiliencia más interesante del mundo;
  • Incorporar, usando la evidencia, prácticas efectivas de mejora continua y autocuidado que apunten a una resiliencia creciente
  • Quintuplicar el número de investigadores e innovadores trabajando en Chile en el área de resiliencia a desastres de origen natural
  • Constituir a través del ahorro en veinte años un Endowment Estratégico Nacional de 1.000 millones de dólares para el I+D+i en resiliencia
  • Consolidar la disponibilidad y el uso activo de una infraestructura pública de datos.